Después de estar viendo las cumbres nevadas 2 días desde el hotel y haberme curado a tiempo del dichoso tirón estaba deseando subir a la nieve y empezar a croquetear!Salimos temprano para evitar colas y despues de unos 30 kilometros de cuestas y curvas que hubieran hecho vomitar a mas de uno, llegamos!!!
El panorama me resultó a priori demasiado artificial, y comercial, con casas que nada tienen que ver con la arquitectura española, lujosos hoteles y tiendas por todos lados!
Si yo solo quiero ir a la nieve!
Despues de preguntar como iba eso de los forfait y en vista de que no llevamos equipo de esquí ni intencion de esquiar, una servidora porque no sabe y aqui el mozo, imposibilitado por problemas técnicos, decidimos darnos unas vueltas en el telecabina y ver un poquito las pistas.
Muchísima gente, muchísimas ganas de esquiar y muchísimo cuidado para no ser arrastrados por los esquiadores locos! Buscamos un sitio más apartado y allí hice mis pinitos nieviles. La nieve estaba demasiado seca, muy en polvo y era imposible hacer muñecos o bolas pero se hizo lo que se pudo.





Después de comer al sol y de bocatas, que Sierra Nevada entre otras cosas es muy cara, nos fuimos al trineo! Lo mas divertido del día creo que fué la bajada en trineo. Era una actividad fuera de pistas, e ibamos sobre railes, no sobre la propia nieve, pero que velocidad cogía!!
Con la misma velocidad sobre las 1700 de la tarde y con el frío de la sierra caladito ya en los huesos nos fuimos a nuestro lujoso hotel a dormir como marmotas, por que más que de la nieve parecía que veníamos de la guerra!
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