Me acuerdo nítidamente de la primera vez que leí esa palabra, fué en el libro de texto de lengua de 3º de EGB. El texto explicaba en forma de cuento que era un Hamman y recuerdo que al leerlo pensé en los chorros de agua caliente, a más de 38 grados, con verdadero pavor.
Pues bien después de 18 años he probado en mis propias carnes un Hamman o baño turco y la experiencia ha sido deliciosa.
Incienso, luz tenue, velas, música árabe, té con hierbabuena, masaje relajante, cous cous con pasas, danza del vientre y por supuesto buena compañia.
El mejor plan para un domingo y comenzar la semana con energía renovada.
Altamente Recomendable.
C/ Atocha 14. Plaza de Jacinto Benavente.
Metro Sol o Tirso de Molina